Juan Barbuzano Martín

  Juan Barbuzano Martín nació el día 16 de mayo de 1945 en Isora, un caserío encuadrado en el término municipal de Valverde, la capital de la isla de El Hierro. Es el benjamín (menor que su hermana) de la saga que formaron Toribio y Carmen, administradores de los recursos familiares que permitieron a nuestro protagonista desarrollar su talento para la disciplina luchística sin los contratiempos propios de la época. El patriarca se dedicó al transporte discrecional con un taxi y un camión de su propiedad mientras su esposa regentaba una tienda de comestibles.

  Barbuzano, que ya daba signos de alumno aventajado para el deporte antes de abandonar los estudios académicos previo a la adolescencia, afrontó su primer contacto con la lucha canaria sobrado de recursos para esa práctica, al poseer unas cualidades innatas que dibujaba en el áspero terruño herreño con tanta facilidad como destreza un día sí y otro también mientras jugaba a lucha canaria con sus amigos contemporáneos. Esa confianza en sus enormes posibilidades fue el mejor aval del que, de manera unánime, acabó siendo proclamado como uno de los más grandes luchadores de todas las épocas.

  Y, desde esa condición de intérprete excepcional, menos dudas existen incluso cuando se le considera el mejor dotado técnica y estratégicamente. Su indudable capacidad de liderazgo basada en una fe inquebrantable con el refuerzo de unas envidiables condiciones físicas y técnicas, le permitieron superar con solvencia continuos exámenes antes ramilletes de auténticos atletas del terrero. Para Barbuzano, las dificultades deportivas eran un reto. Y cuantos más afrontaba, más cómodo se encontraba por su insaciable sed de éxitos.

  Su luchar, elevado a la consideración de arte, metódico pero alegre, efectista y también efectivo, para la galería aunque sin renunciar a los intereses del equipo, improvisado y no obstante seguro, ágil, dinámico, nunca alocado, le hizo baluarte fiable tanto cuando tenía que acometer como a la hora de actuar a la contra por ser un ejecutor que conocía todas las mañas y más recursos que nadie. Por tanto, Barbuzano, a poco que se lo propusiera, hubiese ampliado con una marca de la casa la de por sí amplia gama de luchas, mañas, técnicas o ejecuciones que recoge la nomenclatura de la lucha canaria.

  Su trayectoria de luchador la desarrolló defendiendo los colores del Ferinto, Benahoare, Santa Cruz (sólo dos luchadas y una de ellas amistosa), Victoria, Puerto Cruz, Selección de El Hierro, Campitos y Tegueste. Se retiró de la práctica activa como luchador a los 35 años de edad, con un multitudinario homenaje que le preparó el colectivo de la lucha canaria e innumerables afines el 18 de mayo de 1980 en la Plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife.

  Juan Barbuzano, la elegancia personificada en el terrero al que, como se ha escrito, “hasta los ciegos lo iban a ver”, es un deportista de talla mundial. No en vano exhibió las excelencias de la lucha canaria y compitió en países como Egipto, India, Taiwán, Tailandia, China, Japón, Rusia, México, Cuba o Venezuela. Y es que, por si fueran pocos sus numerosos títulos y gestas en la lucha canaria (varias veces campeón de Tenerife y de Canarias con el Victoria y tres veces campeón de La Palma con el Benahoare, además de vencer en sus doce desafíos concertados), añade a su currículo éxitos tan relevantes como, por ejemplo:

(*Datos biográficos cedidos por la Federación de Lucha Canaria)

El "Juan Barbuzano" regional

  Al finalizar la fase regular de la Liga Gobierno de Canarias de primera categoría, la clasificación de máximos tumbadores está de la siguiente manera:

  Eliser Gutiérrez se encuentra en una franca posición para adjudicarse la primera edición del Juan Barbuzano. Se debe tener en cuenta que de la lista mostrada, sólo pueden seguir añadiendo puntos a sus casilleros aquellos luchadores que pertenecen a equipos presentes en la fase final, es decir: Elieser Gutiérrez (Rosario), Jonay Palazón (Llano del Moro), Francis Pérez (Chimbesque) y Marcos Ledesma (Araya).